Historia
Esta casa fue construida en el año 1940 por Victoriano Pallares y su esposa Dolores Gomez
Como casa de labradores que se trataba, además poseían de un pequeño negocio de carnicería, que vendía sus productos en toda la comarca, llegando a ser conocida por todas las gentes de las aldeas cercanas. En aquellos tiempos, como hoy en día, el tener agua cerca era muy importante, tanto para abastecer a la casa, como para el ganado, por lo que se pusieron manos a la obra, y decidieron abrir, dentro de la propiedad, una mina de agua. Tras algún tiempo excavando a pico y pala, comenzó a brotar agua de calidad, procedente de un buen manantial. Hasta el día de hoy, nunca ha parado de emanar, siendo desde el primer momento, la fuente donde vecinos y viajeros paran habitualmente, a beber y charlar de las cosas de la aldea.
En el año 2009 y en honor a Victoriano y a su hermano Ezequiel Pallares Gomez, comenzaron las obras de restauración tanto de la casa, como de los muros y la finca adjunta. La ilusión por mantener vivo el recuerdo y la tradición, Victoriano Pallares Laya, sobrino e hijo respectivamente de ambos, comenzó con esta andadura, en la que ha queriendo conservar la casa familiar y no perder las costumbres y tradiciones de esta familia, también conocida como «os do cruceiro», ya que procedían de una aldea cercana llamada Ponte Arcediago, cuya casa estaba situada junto a un cruceiro, (cruz de piedra sobre mástil y peana con una o varias gradas), uno de tantos de los que hay repartidos por toda Galicia.